sábado, 13 de junio de 2009

Las Glándulas y sus hormonas.

El hipotálamo
El hipotálamo es la fuente de por lo menos nueve hormonas que actúan ya sea estimulando o inhibiendo la secreción de otras hormonas por parte de la hipófisis.
Entre las varias hormonas hipotalámicas podemos mencionar: la TRH, hormona liberadora de tirotrofina que estimula la liberación de tirotrofina (TSH) de la hipófisis; la hormona liberadora de gonadotrofina (GnRH), que controla la liberación de las hormonas gonadotróficas LH y FSH; la somatostatina, que inhibe la liberación por parte de la hipófisis de la hormona del crecimiento somatotrofina.
El hipotálamo es también la fuente de dos hormonas que se almacenan en la hipófisis posterior y desde allí son liberadas: son la oxitocina y la hormona antidiurética (ADH). La oxitocina acelera el momento del nacimiento incrementando las contracciones uterinas durante el parto y es también responsable de la secreción de la leche que ocurre cuando el niño comienza a mamar. La ADH o vasopresina disminuye la excreción de agua por los riñones, incrementando la permeabilidad de las membranas de las células en los conductos colectores de los nefrones, de modo que se reabsorbe más agua desde la orina hacia la sangre.

La glándula hipófisis
La glándula hipófisis fue considerada como la glándula "maestra" del cuerpo, pues es la fuente de hormonas que estimulan los órganos reproductores, la corteza de la glándula suprarrenal y el tiroides. Sin embargo, son las hormonas del hipotálamo las que estimulan o, en algunos casos, inhiben la producción de hormonas hipofisarias.
La hipófisis, del tamaño de un poroto, está situada en la base del cerebro, en el centro geométrico del cráneo. Está formada por tres lóbulos: el anterior, el intermedio y el posterior. El lóbulo anterior es la fuente de al menos seis hormonas diferentes, producida cada una por células distintas. Una de éstas es la somatotrofina, la cual estimula la síntesis proteica y promueve el crecimiento de lo huesos. Esta hormona también afecta el metabolismo de la glucosa, inhibiendo la absorción por algunos tipos de células. También estimula la conservación de la glucosa. La hipófisis anterior también produce prolactina, que estimula la secreción de leche en los mamíferos. Su producción es controlada por una hormona inhibidora producida por el hipotálamo.
Las hormonas secretadas por la hipófisis anterior actúan sobre otras glándulas endocrinas regulando sus secreciones. Una de estas hormonas es la TSH o tirotrofina, la hormona que estimula las células de la glándula tiroides incrementando la producción y liberación de la hormona tiroidea tiroxina. La hormona adrenocorticotrófica (ACTH) tiene una relación reguladora similar con la producción de cortisol, una de las hormonas producidas por la corteza suprarrenal. Las otras dos hormonas secretada por la hipófisis anterior son las gonadotrofinas -hormonas que actúa sobre las gónadas u órganos productores de gametos (testículos y ovarios)-. Son las hormonas folículoestimulante (FSH) y luteinizante (LH).
El lóbulo intermedio de la hipófisis es la fuente de la hormona estimulante de los melanocitos. En los reptiles y los anfibios, esta hormona estimula los cambios de color asociados con el camuflaje o con patrones de comportamiento como la agresión y el cortejo. En los humanos, en los cuales la secreción de hormona está notablemente disminuida, sus funciones se desconocen. El lóbulo posterior de la hipófisis almacena las hormonas producidas por el hipotálamo.



La glándula tiroides

El tiroides, bajo la influencia de su hormona estimulante (TSH) secretada por la hipófisis, produce la hormona tiroxina.
La tiroxina (o, más bien, su producto metabólico, la triyodotironina) acelera la tasa de respiración celular. La tiroxina es conocida como (T4) y la triyodotironina (T3). La glándula tiroides también secreta la hormona calcitonina en respuesta a niveles crecientes de calcio. La acción principal de la calcitonina es inhibir la liberación del calcio por parte de los huesos.
La triyodotironina difiere de la tiroxina en que tiene menos átomos de yodo. Dado que se necesita yodo para la tiroxina, éste es un componente esencial de la dieta humana. Cuando el yodo está presente en el suelo, está disponible en pequeñas cantidades en el agua potable y en las plantas. En muchos países, la sal de mesa habitualmente es yodada artificialmente.
Las glándulas paratiroides
Las glándulas paratiroides están ubicadas por detrás o dentro de la tiroides. Producen la hormona paratiroidea -parathormona-, que desempeña un papel esencial en el metabolismo mineral, en especial en la regulación del calcio y fosfato, que existen en una relación recíproca en la sangre.
La hormona paratiroidea incrementa de varias maneras diferentes la concentración del calcio en la sangre. Estimula la conversión de vitamina D a su forma activa; a su vez, la vitamina D activa produce un incremento de la absorción de calcio del intestino. La hormona paratiroidea también reduce la excreción del calcio de los riñones. Además, estimula la liberación en el torrente sanguíneo de calcio de los huesos.
Así, la hormona paratiroidea y la calcitonina trabajan como un mecanismo delicadamente ajustado que regula el calcio de la sangre y en el que la hormona paratiroidea aparentemente desempeña el papel principal. La producción de ambas hormonas está regulada directamente por la concentración de iones calcio en la sangre.

Las glándulas suprarrenales
Se sitúan por encima de los riñones, y están compuestas por dos zonas claramente diferenciables en cuanto a su estructura y a su función: la corteza y la médula suprarrenal.
La corteza suprarrenal es la fuente de varias hormonas esteroides. En los seres humanos hay dos grupos principales de esteroides adrenocorticales: los glucocorticoides y los mineralocorticoides.
El cortisol es un glucocorticoide y la aldosterona es un mineralocorticoide. Estos son profundamente diferentes en su función.
Los glucocorticoides promueven la formación de glucosa y grasas. La liberación de estos se incrementa durante períodos de estrés.
Los glucocorticoides, además, suprimen las respuestas inflamatoria e inmune lo que explicaría por qué en situaciones de estrés uno se encuentra más susceptible a enfermarse. Dadas sus propiedades inmunosupresoras, el cortisol y otros glucocorticoides se utilizan a veces en el tratamiento de enfermedades autoinmunes y en reacciones alérgicas graves; pero pueden tener efectos colaterales serios en altas dosis.
Las hormonas de la corteza suprarrenal son secretadas en respuesta a la hormona adrenocorticotrófica o corticotrofina (ACTH), que a su vez es liberada por la glándula hipófisis.
Los mineralocorticoides son un grupo de hormonas secretadas por la corteza suprarrenal, como la aldosterona. Estos intervienen en la regulación de sodio y potasio. También es fundamental en la regulación del volumen de agua y la presión sanguínea.
Los mineralocorticoides tienen efectos importantes en la retención y pérdida de agua por parte del cuerpo. Un aumento en la secreción de aldosterona provoca una mayor reabsorción de sodio en el túbulo distal y en el conducto colector del nefrón e incrementa la secreción de potasio en ellos. La aldosterona reducciendo la presión sanguínea causada, por ejemplo, por una disminución en el consumo de sodio.
Además de los glucocorticoides y los mineralocorticoides, la corteza suprarrenal produce pequeñas cantidades de hormonas sexuales masculinas en varones y mujeres.
La médula suprarrenal está formada por células neurosecretoras cuyas terminales secretan adrenalina y noradrenalina en el torrente sanguíneo. Estas hormonas incrementan la frecuencia y la fuerza del latido cardíaco, la presión sanguínea, la respiración y dilatan las vías respiratorias. También incrementan la concentración de glucosa en el torrente sanguíneo. La médula suprarrenal es estimulada por fibras nerviosas simpáticas y, así, refuerzan la actividad simpática, responsable de las actividades de "ataque o huida".

Páncreas

El páncreas es una glándula que tiene una función endocrina llevada a cabo por las células de los islotes de Langerhans del páncreas, fuente de insulina y glucagón, que intervienen en la regulación del metabolismo de la glucosa. La insulina es secretada en respuesta a un incremento en la concentración de azúcar en la sangre y baja la concentración de azúcar en la sangre, estimulando su absorción y utilización de glucosa por las células. Cuando hay una deficiencia de insulina, como ocurre en personas con diabetes mellitus, la concentración de azúcar en la sangre se incrementa tanto que no toda la glucosa que entra al riñón puede ser reabsorbida. La pérdida de glucosa está acompañada por pérdida de agua y la deshidratación resultante, que puede llevar a un colapso de la circulación, es una de las causas de muerte en un diabético no tratado.
El glucagón incrementa la concentración de azúcar en la sangre, estimula la degradación de glucosa en el hígado y la degradación de grasas y proteínas, lo que disminuye la utilización de glucosa por parte de las células.


Gónadas Sexuales

Las gónadas: Testículos y ovario, producen hormonas.

Testículos

Los testículos son también la fuente principal de hormonas masculinas, conocidas colectivamente como andrógenos. El principal andrógeno, la testosterona, es necesario para la formación de los espermatozoides y produce los caracteres sexuales secundarios (Voz gruesa, barba, hombros anchos, atrofia de las mamas, desarrollo de la musculatura, comportamiento masculino).

Ovarios


En el organismo femenino no hay secreción hormonal permanente de una determinada hormona, si no cíclica. Esta implica cambios de concentración hormonal y anatómicos en el ovario y en la pared interna del útero. El ciclo comienza con el primer día de flujo menstrual. El aumento de la concentración de FSH y LH al comenzar el ciclo estimula un folículo ovárico que crece y secreta estrógenos. El brusco aumento de la concentración de estrógenos antes de alcanzar la mitad del ciclo dispara un incremento de LH desde la hipófisis, lo que produce la ovulación. Después de la ovulación, la concentración tanto de LH como de FSH cae. El folículo se convierte en el cuerpo lúteo, que produce progesterona y estrógenos. La progesterona continúa estimulando el útero, preparándolo para la implantación del óvulo fecundado. Si la fecundación no se produce, el cuerpo lúteo degenera, la producción de progesterona entonces se detiene y el endometrio comienza a desprenderse, las concentraciones de LH y de FSH vuelven a subir, y comienza un nuevo ciclo.

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